LA ROSA DE LOS VIENTOS



Para Verónica. Ella es a quien amo y admiro.


Cuentan las gentes que el día que el Dios del viento decidió liberarlos, antes de hacerlo viajo por el mundo para darle una morada adecuada a cada viento, y les dio instrucciones para que nunca se encontraran.
En las montañas del norte abrió las odres y liberó al Cierzo y solo le permitió bajar de la montaña pero sin acercarse al mar, a donde solo  su hermano el Mistral llegaría desde las nevadas montañas en las cuales vivirían los dos.
Al otro lado del mar, en el desierto del sur. Decidió la divinidad liberar al siroco y al lebeche, que saliendo hacia las aguas al primero solo le dejaría tocar tierra en la islas y el segundo no se detendría  hasta llegar a tierra firme. Cansado de tanto viaje decidió Eolo descansar en el castillo de Hércules. Y cuando miro los Odres de Cabra donde encerraba a los vientos se percató que mientras dormía los humanos habían liberado a los más jóvenes y traviesos. El Levante y el poniente campando a sus anchas hacían de las suyas en el reino de Tartessos. No pudo el dios hacer nada más que vigilar para que no se encontraran.
Cuando soplaba el Levante Eolo dormía al Poniente, y cuando soplaba el poniente dormía al Levante. Y así durante mil años.
Pero en un descuido…  Desde el caño soplaba el levante, y  desde la bahía llegaba el ponente, y como  mariposas, las hojas de las plantas y los pétalos del mes de abril saltaban y se paraban. Ambos vientos se juntaron, y entre rachas y remolinos, dieron forma a la criatura más bella  del universo. Cuando su divinidad se encontró con ese ser tan hermoso le llamó mujer. Y sentenció separar para siempre a los vientos .Nunca más los vientos volvieron a encontrarse, y nunca más los hombres vivirían sin una mujer a quien admirar y a quien amar. 

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